Durante la crisis global del coronavirus, el Big Data ha sido una de las herramientas más utilizadas para paliar los efectos de la pandemia. China la utilizó para identificar pacientes infectados en tiempo real y contener la propagación de COVID-19, aunque el caso del gigante asiático presenta matices polémicos por cuestiones de vigilancia y control social.
También Corea del Sur usó técnicas de Big Data y análisis de datos para evitar la propagación. Y lo propio están haciendo ahora distintas naciones de Occidente.
Big Data en tiempo real: ¿cómo se aplica al caso del coronavirus?
Big Data es una expresión que describe el gran volumen de datos, tanto estructurados como no estructurados, que inundan a las organizaciones cada día. Pero lo que importa no es la cantidad de datos en sí, sino lo que se hace con ellos. Ahora bien: la pandemia de COVID-19 está demostrando que Big Data se puede utilizar no solo para obtener ideas que conduzcan a mejores decisiones y movimientos de negocios estratégicos, sino también para resolver problemáticas sociales y humanas.
Lo anterior explica por qué es tan importante que la gente comience a familiarizarse con estas tecnologías y acostumbrarse a que, de ahora en más, será parte de nuestra vida cotidiana. O al menos que se le explique claramente qué es big data y analytics (o análisis de datos), y por qué hoy en día resulta tan relevante tener estrategias y desarrollos de big data.
Recopilar y analizar datos en tiempo real es un requerimiento clave para poder tomar decisiones en un contexto de crisis como el que plantea la pandemia de COVID-19, que al 5 de abril ya infectó a más de un millón de personas y provocó la muerte de más de 70 mil en todo el mundo. Tanto en China como en Corea del Sur se hizo este trabajo de recopilación y análisis de datos a nivel masivo, para tratar de frenar la expansión del virus. El foco estuvo puesto en localizar personas afectadas o potenciales focos de infección.
Es sabido que las operadoras telefónicas tienen información precisa sobre el lugar donde está cada teléfono móvil, y por lo tanto saben dónde se encuentra cada usuario. Y también pueden saber con quiénes ha estado en cada punto geográfico. Cruzando esta información con los datos de personas que dieron positivo en sus exámenes de COVID-19, se puede llegar a determinar quiénes estuvieron cerca y alertar a esa gente que estuvo expuesta al contagio. Con este criterio también se puede determinar con bastante granularidad qué zonas geográficas están más expuestas al virus.
En China, las autoridades usaron soluciones de detección de temperatura y reconocimiento de rostro para identificar potenciales infectados. Al mismo tiempo, efectuaron un trabajo de monitoreo en base a la información que tomaron de las operadoras telefónicas, para lo cual emplearon apps móviles. Es decir que los celulares se convirtieron en una herramienta esencial para detectar eventuales infecciones.